Octubre 2024: suavidad

Nos adentramos en un nuevo mes. Iniciamos octubre con sus tonalidades propias del cambio de estación.

Escribo estas palabras el martes 8 de octubre por la mañana. Encuentro algo especial en escribir en ayunas. En esas condiciones suelo sentir un toque extra de claridad y las palabras brotan con fluidez a través de mí.

Hoy, cuando empecé a escribir, mi cuerpo decía: “desayuno, por favor”. La cuestión es que podía obligarme a finalizar este texto o escuchar mi organismo y honrarlo.

Decidí proporcionarme un desayuno nutritivo. Ahora me siento recargada y en un espacio de más suavidad.

Esta, justamente, ha sido la tonalidad predominante de los primeros días de octubre para mí y siento que esa es la llamada de este mes: abrirnos a la suavidad.

Integrar la suavidad en nuestro día a día

Los ritmos marcados por la tecnología y el incesante sentimiento de tener que producir pueden hacernos sentir una sensación de pesadez e, incluso, de tener que endurecernos y empujar para hacer frente “al mundo real”.

¿Y si abrazamos la suavidad como herramienta para escuchar y atender las partes de nosotr@s que reclaman nuestra atención?

Reinventar el concepto de suavidad

La suavidad no es evitar nuestras acciones, compromisos y obligaciones. Todo lo contrario, la suavidad es una cualidad que nos permite nutrirnos para actuar y crear con fortaleza y resiliencia en nuestra vida cotidiana.

El arquetipo del ciervo nos recuerda el poder de la suavidad. Nos invita a preguntarnos: “¿qué aspectos de mi vida pueden beneficiarse de un toque de suavidad?”

La experimentación como guía

En esta era enfocada en la información, mi percepción es que no necesitamos acumular más información sino experimentar de maneras que tienen sentido para nosotr@s con lo que la vida nos presenta en cada momento.

¿De qué maneras te estás sintiendo llamad@ a implementar momentos de suavidad en tu día a día?

Quizá es tomarte una pausa para respirar profundamente.
O apagar tu teléfono durante una tarde.
O tomarte tiempo a solas para ti.
O crear espacio para nutrir esa pasión que tanto te gusta y que se quedó olvidada en el baúl de los recuerdos.
O irte antes a cama.
O levantarte sin despertador.
O hacer lo que te apetece sin remordimientos.
O mirar a tu alrededor para sintonizar con los detalles y la belleza en el aparente caos.
O sentarte a disfrutar una comida con intención y sin distracciones.

Esa suavidad solo la podemos experimentar escuchándonos honestamente y atreviéndonos a implementarla en nuestras vidas como un experimento.

Probando, observando si percibimos cambios y sintonizando con cómo nos sentimos a través de estos gestos de suavidad.

“La suavidad crea fluidez”.
Richard Rudd

Cosas que me permiten encontrar suavidad en este momento:

  • Escribir cada mañana en mi libreta lo que necesito para sentirme nutrida y asegurarme de implementarlo durante el día.

  • Pasar menos tiempo delante del ordenador.

  • Limitar mis interacciones con el teléfono.

  • Los pies descalzos en contacto con la tierra.

  • Pausas a lo largo del día.

  • Abrazar el descanso cuando lo necesito.

  • Preguntarme: ¿qué es lo que necesito de verdad ahora?, escuchar la respuesta y aplicarla.

  • Hablarme con suavidad cuando “hago menos de lo que se supone que debería hacer”.

  • Soltar el perfeccionismo y reírme.

Y tú, ¿estás sintiendo esta llamada a abrazarte con suavidad?¿De qué maneras la cultivas en tu día a día? Me encantaría que me contases. Te leo.

Un abrazo,

Almudena

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